¿ QUÉ NOS COMEMOS ?

        El brócoli, que hemos cultivado este invierno en nuestro huerto, es una planta de la familia de las crucíferas, una brasica, como la coliflor, la col, el repollo, la lombarda, las coles de Bruselas, ... son todas primas hermanas.

" Un" brócoli o brécol.

"Una" coliflor.

        Pero ... ¿ sabéis qué parte de la planta es la que aprovechamos ?  ¿ Cuál nos comemos ?

         Pues bien, la parte comestible de estas deliciosas verduras es la flor, bueno, más concretamente la inflorescencia, que es una masa enorme de minúsculas florecillas. Y las comemos cuando todavía no son más que un capullito sin abrir.

        Si las dejamos crecer y desarrollarse, esto es lo que ocurre.

Capullos florales de brócoli.

        Cada uno de esos bultitos es una flor de brócoli, ¡una! Todas juntas forman una inflorescencia que es lo que llamamos "un" brócoli. Pero en realidad son muchos, miles de brócolis.

        Si dejamos crecer esos capullos, se van convirtiendo en flores, preciosas flores de color amarillo.

        El proceso es como sigue. Primero, la "pella" empieza a abrirse, a aflojarse.
 

"Pella" de brócoli abriéndose.

         Después, comienzan a abrirse los capullos mientras la planta crece buscando la luz del sol.

Flores de brócoli abriéndose.

        A continuación la planta se corona de preciosas flores situadas en largos apéndices que buscan el sol y atraer a los insectos polinizadores para fructificar y criar semillas y así reproducirse.

Flores de brócoli.

        A estas alturas habréis descubierto por qué llamamos a estas plantas CRUCÍFERAS, si os fijáis, cada una de estas florecitas tiene cuatro pétalos, y... sí, están dispuestos en forma de cruz, de ahí el nombre de crucíferas.

Flores de brócoli.